miércoles, 18 de junio de 2008

"Enseño porque busco, porque indagué, porque indago y me indago". Paulo Freire (1921- 1997)

Hoy como ayer, profesores y profesoras, para ejercer su profesión, requieren conocimiento tanto acerca de los contenidos y objetivos propios del saber mismo que imparte, como del aprendiz que los recibe. Esto es especialmente válido cuando el aprendiz es un ser humano que viene cambiando, creciendo y madurando debido a su edad. Pero además, el enseñar y el aprender se amplía a las relaciones con otros sujetos, como son el resto de los alumnos(as) y profesores que componen el mundo escolar, la familia y los componentes de la comunidad, donde se contextualiza la educación. Mientras que, por otra parte, interviene en el proceso la cultura: contenido seleccionado en el currículum, que se concreta no sólo en el libro de texto, sino en aquellas fuentes mediadoras de los conocimientos y en las experiencias acumuladas por la sociedad.
Los problemas de la educación no son, por tanto, sólo los del alumno y el maestro; tampoco son los que acontecen solamente en el aula, ellos también se dan tanto en las instituciones escolares y en el entorno social.
El saber educativo es un campo que si bien reúne infinidad de resultados científicos, está en franca construcción, lo que lejos de eximirnos de su conocimiento , nos compromete como docentes, con su desarrollo.

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